Al no conseguir la ayuda de Nina, Azazel decide enfrentarse a Charioce para intentar salvar a los demonios, que luchan desesperadamente por sobrevivir. Con la ayuda de Mugaro, consigue algo de ventaja, pero interfiere Kaisar y se vuelve un duelo a tres bandas. Mientras, los dioses mueven ficha, para hacerse con Mugaro.