Arturo y Fermín descubren, gracias a un golpe de suerte, los grandes beneficios que se pueden conseguir enterrando mascotas. Sin pensárselo dos veces, deciden ampliar la línea de negocio de Armasallá y comienzan a dar sepultura a todo tipo de animales en el jardín de la casa. El único inconveniente va a ser ocultar esta lucrativa actividad a Gloria. Mónica presiona a Susana para que, a través de su ETT, consigan un trabajo a Rafa, su marido ex presidiario.