Herman salva la vida de un niño, Galen Livingston Stewart, doblando los barrotes en los que se encuentra su cabeza. Inmediatamente se convierten en amigos cercanos. El único problema es que los padres de Galen piensan que el tío Herman es producto de la imaginación del niño. Lo llevan a un psiquiatra, interpretado por Harvey Korman con un amplio acento alemán.