Tras denunciar a la policía que había sido raptada por un compañero de clase, la alumna de un instituto aparece muerta en su habitación. Los indicios parecen indicar que se ha suicidado, pero Brenda, que no está tan segura, centra su atención en uno de sus compañeros de clase que resulta ser el hijo de Mark Yates, el Jefe de los Sheriff del Condado de Los Angeles. Tras algunos enfrentamientos entre Brenda y Yates, la detective tiene indicios de que se están encubriendo unos juegos sexuales muy peligrosos en un instituto privado local.