El Marqués de Sade (Klaus Kinski) escribe en la cárcel la historia de Justine (Romina Power) y Juliette (Maria Rohm), dos hermanas adineradas que se quedan solas e indefensas cuando su padre es forzado a abandonar el país, y su madre muere. Juliette acaba como prostituta, mientras Justine busca abrirse camino en un mundo cruel en el cual todo tipo de locos y pervertidos intentan utilizarla y abusar de ella.