Después de ser humillada en el seno de su propia familia, Susana es internada en un convento. Sin vocación, acepta no obstante esta solución hasta que las intrigas y celos de las otras hermanas la hacen tomar la decisión de abandonar el convento. Pero nunca se lo permitirán, es necesario silenciar la perversión, falta de vocación e intrigas...y así llegan a juzgarla por un tribunal eclesiástico acusada por sus hermanas de estar poseída por el demonio...