Taillandier, un maduro y prestigioso artista que se halla en plena depresión y casi al borde del suicidio, deja bruscamente de pintar. Así las cosas, se va de casa y emprende un viaje en el que conoce a Daniela, una adolescente sin rumbo que ha sido abandonada por su madre. La joven perdida y el hombre que se siente acabado se apoyan mutuamente. De hotel en hotel, como padre e hija, acaban refugiándose en una casa alquilada. Les anima la esperanza de encontrar una razón para seguir viviendo, una razón que les permita alcanzar la paz y el sosiego.